¿Cómo obtener la nacionalidad chilena?
Lexdir
La nacionalidad es el vínculo jurídico básico que determina la pertenencia de una persona con un Estado. Esta relación genera deberes y derechos a los que pueden acceder las personas que, siendo extranjeras, decidan iniciar los trámites para obtener la nacionalidad.
Los requisitos que se exigen para la nacionalización son:
- Ser mayor de 21 años, o de 18 para hijos de padre o madre chileno por nacionalización
- Más de 5 años de residencia continua en el país
- Ser titular de un permiso de Permanencia Definitiva vigente
- No haber sido condenado, ni estar actualmente procesado por crimen o simple delito
- Demostrar medios de subsistencia
Los hijos de extranjeros pueden optar a la nacionalidad chilena a excepción de los hijos de extranjeros que se encuentren en Chile al servicio de su gobierno (diplomáticos) y los hijos de extranjeros transeúntes, entendiéndose por tales aquellas personas nacidas en Chile, cuyos padres (madre) extranjeros se encontraban en calidad de turistas a la época del nacimiento.
Para realizar el trámite se deben presentar los siguientes documentos:
-Solicitud de carta de nacionalización: Debe presentarse en el plazo impostergable de un año, contado desde que el solicitante cumpla 21 años de edad.
-Fotocopia del certificado de permanencia definitiva o cédula de identidad de extranjeros, si reside en Chile.
-Certificado de nacimiento chileno, cuando corresponda.
La solicitud de carta de nacionalización debe enviarse por correo postal, a la gobernación de la provincia más cercana, o ante el cónsul o agente diplomático chileno si se encuentra en el extranjero.
El extranjero que se nacionaliza chileno no pierde su nacionalidad de origen. Chile acepta la doble nacionalidad con todos los países.
Finalmente, podemos señalar que determinadas personas no pueden solicitar la nacionalidad, entre ellas:
-Los que hayan sido condenados y los que estén actualmente procesados por simples delitos o crímenes.
-Los que no estén capacitados para ganarse la vida
-Los que practiquen o difundan doctrinas que puedan producir la alteración revolucionaria del régimen social o político, o que puedan afectar a la seguridad nacional.
-Los que se dediquen a trabajos ilícitos, o que atenten contra las buenas costumbres, la moral o el orden público y, en general aquellos extranjeros cuya nacionalización no se estime conveniente por razones de seguridad nacional.